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La poción mágica

Es tremendamente llamativo el cambio de actitud de los políticos una vez que alcanzan el poder. Es conocido el efecto embriagador que el poder tiene sobre las personas y su capacidad de corromper todo lo que toca, pero en el caso de los políticos españoles roza lo enfermizo. Pareciera como si con el acta de concejal o diputado, el bastón de mando del ayuntamiento o la cartera de ministro les entregasen también una botellita con el bálsamo de Fierabrás, que todo lo cura.

 

Son conocidos los poderes curativos de este mítico remedio contra todos los males habidos y por haber. Cuenta la leyenda que cuando el emir Balán y su hijo, el gigante Fierabrás, saquearon Roma, se llevaron consigo entre otras reliquias sagradas, la corona de espinas, los clavos con los que fue crucificado y dos barriles que contenían el aceite con el que fue embalsamado Jesús de Nazaret. Se dice que este aceite tenía el poder de curar las heridas a quien lo bebía.

 

Estas leyendas son recurrentes en todas las culturas y religiones, siendo el cáliz en el que Jesús bebió en la última cena otro ejemplo de extraño artefacto con capacidad para curar, resucitar o alcanzar la inmortalidad. También la lanza empleada por el centurión Longinos para rematar a Jesús en la cruz y conocida como "la lanza del destino" se supone que otorgaba el poder de la invencibilidad al ejército que la tuviera en su poder... por eso Hitler la buscó sin descanso durante años, ya que era un fiel creyente de lo esotérico y lo paranormal.

"Podríamos especular acerca de la composición de esta poción mágica que transforma a nuestros luchadores contra la corrupción y regeneradores de la democracia en rancios políticos iguales a los que ya había."

Es posible que también entre dentro de lo paranormal y lo esotérico el comportamiento de nuestros políticos patrios, que en cuanto pisan moqueta parece como si se les borrase la memoria. Quizá esto sea producido por los ingredientes de esta pócima.

 

Don Quijote los conocía y mandó a su fiel escudero Sancho elaborar el bálsamo hirviendo aceite, vino, sal y romero para posteriormente bendecirlos con ochenta padrenuestros, ochenta avemarías, ochenta salves y otros tantos credos. Al ingenioso hidalgo le funcionó después de recibir una de sus numerosas palizas, mientras que a su escudero solo le sirvió como laxante, algo lógico y normal al no ser este un caballero andante.

 

Podríamos especular acerca de la composición de esta poción mágica que transforma a nuestros luchadores contra la corrupción y regeneradores de la democracia en rancios políticos iguales a los que ya había. Veamos:

 

· Una cucharada sopera de sueldo inalcanzable para el resto de los trabajadores.

 

· Una jarra de  de tener más vacaciones que los niños en el colegio.

"Una pizca de secretario que te escriba los discursos y otra de asesor que te lleve la cartera y te aguante el abrigo."

· La ralladura de un coche oficial con chófer a tu total disposición.

 

· Dos lonchas de régimen de cotización de impuestos especial para pagar menos que el resto de los ciudadanos.

 

· Una pizca de secretario que te escriba los discursos y otra de asesor que te lleve la cartera y te aguante el abrigo.

 

· Una tirita finita de avión privado y dietas de desplazamiento.

 

· Tres tazas grandes de comer en los mejores restaurantes y dormir en hoteles de lujo... por la patilla.

 

· Un poquito de que puedas mentirle a la cara a los españoles y que no tengas que dimitir si se demuestra que eres un mentiroso.

"Cuarto y mitad de que si las cosas van bien es gracias a ti, pero que si van mal tú no tienes la culpa y además no te consta."

· Media cucharada de moca de que tu trabajo consista en ir a la tele y a la radio, en hacerte fotos en Vanity Fair, acudir a desayunos y comidas de "trabajo", jugar con el móvil o leer el periódico en el escaño del Congreso, que decenas de descerebrados te aplaudan y vitoreen por decir chorradas y que todo el mundo a tu alrededor te diga lo listo y lo guapo que eres.

 

· Cuarto y mitad de que si las cosas van bien es gracias a ti, pero que si van mal tú no tienes la culpa y además "no te consta".

 

· Dos vasitos de licor de una justicia especial donde en el improbable caso de que tengas que comparecer, te juzguen los jueces que tú mismo has puesto y con las leyes que tú has aprobado... y que el fiscal, en lugar de apretarte las tuercas, te defienda como si le fuese la vida en ello.

 

· 1/2 kilo de colocar a tus familiares y amigos aunque no sepan leer ni escribir.

 

· 3/4 de que no tengas que tener estudios, conocimiento del sector, idiomas o experiencia profesional que acrediten tu valía para tomar decisiones que afectan a 45 millones de personas y miles de millones de euros de los impuestos de los ciudadanos.

 

· 100 gr. de hacerse la víctima, ser un llorón y echarla culpa a los demás: la herencia recibida, los mercados, Europa, Merkel... o Espanya ens roba, Madrit ens roba...

"Luego se bendice con ochenta vocaciones-de-servicio-público, ochenta estamos-para-servir-a-los-ciudadanos, ochenta cumpliremos-lo-que-prometimos y otros tantos no-traicionaremos-a-nuestros-votantes."

· Tres rodajas de ir de gorra a cualquier evento cultural o deportivo por el que los a los ciudadanos les sacan los cuartos.

 

· Espolvorear que si te pillan con las manos en la masa, no entres en la cárcel ni tengas que devolver el dinero que te has llevado.

 

· Unos granitos molidos de que entres en política con una mano delante y una mano detrás y que te retires multimillonario... y encima digas que la política está muy mal pagada.

 

· Para terminar, decorar con que no tengas que dar explicaciones de nada a nadie por-que-tú-lo-vales.

 

· Luego se bendice con ochenta vocaciones-de-servicio-público, ochenta estamos-para-servir-a-los-ciudadanos, ochenta cumpliremos-lo-que-prometimos y otros tantos no-traicionaremos-a-nuestros-votantes. Lo agitas, lo tapas bien, lo dejas reposar y ya lo tienes listo.

 

· Se pueden añadir muchos más ingredientes al gusto de cada uno, pero los más importantes son estos. Si te queda soso, salpimentar con un par de sobres en B, comisiones, trajes o bolsos de firma.

"Todas esas locuras de reformar la ley electoral, quitar los aforamientos, despolitizar la justicia, plantar cara al nacionalismo y otros desvaríos que a nadie le importan, pasan al baúl de los recuerdos nada más pisar la moqueta de su nuevo y flamante despacho."

Probablemente con un bálsamo de Fierabrás compuesto con estos hipotéticos "ingredientes", todo político que pille sillón se recuperará en un periquete de todos sus males y achaques, como Don Quijote. Todas esas locuras de reformar la ley electoral, quitar los aforamientos, despolitizar la justicia, plantar cara al nacionalismo y otros desvaríos que a nadie le importan, pasan al baúl de los recuerdos nada más pisar la moqueta de su nuevo y flamante despacho.

 

Retransmitir las reuniones en streaming porque los ciudadanos tienen derecho a enterarse de lo que pasa en el Congreso, acabar con "la casta" o ser la voz del "pueblo y los oprimidos" deja de estar en los planes de estos valerosos hidalgos con coleta, siendo todo ello sustituido por purgas internas, "mafias del canapé", rabos de perros cortados y otras cosas importantísimas para los españoles.

 

El único problema es que el bálsamo es muy calórico y engorda. Sus síntomas se pueden apreciar de manera visible en las barrigas hinchadas y las papadas colgantes de nuestros sufridos servidores públicos.

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